dissabte, 18 d’octubre del 2008
Aquí todo vale... hasta Joe el fontanero
A saber si es por mi inclinación a lo anárquico (que no a la anarquía, eso aún no lo he decidido) pero a mi esto de centrarme en un solo punto más bien me cuesta. Así que intentaré justificar el presente escrito con una idea muy sencilla: en las elecciones de Estados Unidos todo vale para ganar confianza entre los electores, así que podemos decir que hablaré, porqué no, de las formas de publicidad (diremos mejor promoción) adoptadas en dicha campaña.
Y el último ejemplo que tenemos es el último debate entre McCain y Barack Obama, que lejos de parecerse en lo más mínimo al debate Zapatero-Rajoy, se convierte en cada edición en un auténtico show en vivo, de esos tan americanos.
Pues el caso es que, si bien se dice que el candidato republicano estuvo mucho más acertado que en la anterior ocasión, Obama volvió a meterse al público en el bolsillo. Y es que no me negaréis que no es mucho más guapito que el otro.
Pudimos ver a un McCain tenso, con esas muecas extrañas que hace, justificándose contínuamente con un "yo no soy el presidente Bush" (¡gracias a Dios!), demasiado sarcástico y aferrado a su libretita amarillenta. Obama... ay Obama, es que el hombre tiene don de gentes. Su actitud mucho más pausada que el republicano, su sonrisa... y el hecho de que (aportación de un analista norteamericano) llevara la corbata ni demasiado apretada ni demasiado suelta contribuyeron, una vez más, a hacerlo ganador del encuentro.
Pero a lo que íbamos. Que en estas elecciones todo vale, y si hay que referirse una enorme cantidad de veces a un fontanero pues oye, nos referimos y ya está.
Éso es lo que hizo McCain con Joe Wurzelbacher, un hombre calvito de Ohio que habá conversado el martes pasado en la calle con Obama, al que había informado de que quería comprar una pequeña empresa en la que trabajaba, pero creía que la propuesta del candidato demócrata de subir los impuestos a los que ganen más de 250.000 dólares al año le impediría hacerlo.
El caso es que McCain debió considerarlo su mejor apoyo y se aferró contínuamente a él, en vez de presentar sus programas o algo así, que sería lo normal en este tipo de encuentros,¿no?
Y no faltaron las acusaciones directamente personales (nos encantan, no nos engañemos), así que McCain sacó el tema de Bill Ayers, el ex terrorista de Chicago que ahora es profesor universitario, e incluso un supuesto fraude de una asociación "cercana a Obama" que se dedica a registrar votantes. Aquí todo vale.
Por cierto, el debate tuvo un seguimiento más bien relativo, y es que había partido de los Phillies, comprendámoslo.
Y por cierto 2, al final Joe resultó ser un personaje que no era fontanero ni ná, que carece de licencia para serlo, que tiene problemas con el fisco y que declaró unas ganancias de 40.000 dólares el año pasado, así que lo de Obama no le tocaba para nada.
¡Y que siga la fiesta!
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