diumenge, 16 de novembre del 2008

Reunión en la cumbre (€€€€€€€€€€€€€€$$$$$$$$$$$$)




Si a José Luis Rodríguez Zapatero le preguntaran ahora por su opinión sobre el presidente norteamericano, apostaría cualquier cosa a que su rspuesta sería muy diferente a la dada hace ya un tiempo.

Y es que lo consiguió, nuestro presi ha conseguido reunirse con los más poderosos en la llamada cumbre del G-20, los países más poderosos del mundo, que se están reuniendo estos días para salvar el mundo de una crisis que podría ser desastrosa.

El caso es que, para ponernos en antecedentes sobre el tema, estos días está teniendo lugar la reunión del G-20 (más España y Holanda, puestos un poco como de pegote) en la Casa Blanca, para reformar el sistema financiero o lo que es lo mismo, para ponerle parches a un capitalismo cada vez más cogido por las pinzas.

Dicha renión no tiene sólo como objetivo el posar ante las cámaras de los medios de todo el mundo, ni pegarse un gran banquete (¿dónde queda la crisis ahora?) como el que se pegaron en la inauguración del acto. El objetivo es salvar al mundo de este desastre financiero. ¿El problema? Estados Unidos, la primera superpotencia mundial (aún, aunque no sabemos cuánto le queda) quiere preservar a toda costa el libre mercado pero oh, no, la Unión Europea apuesta por el control de los gobiernos en los sistemas financieros.

Por el momento se ha hablado de incrementar el gasto público para salir del paso, aunque es en la definición de las barreras del mercado donde llegará la discusión.

El caso es que dicha reunión nos ha servido para ver a nuestro presidente pisar por primera vez la Casa Blanca e, incluso, darse un apretón de manos con Mr. Bush. Un apretón de manos, sin embargo, que nada ha tenido que ver con el que se ha dado el norteamericano con Sarkozy, por ejemplo, mucho más amigable y distendido.

El encuentro con Zapatero nos ha mostrado a un Bush incómodo con el presidente, más preocupado por dejar bien claro antes las cámaras que le estaba dando la mano, de lo que le estaba diciendo su invitado.

No sabemos cómo seguirán las relaciones enter España y Estados Unidos con la llegada del nuevo presidente, pero sí hemos podido ver como Bush y Zapatero no son precisamente mejores amigos.

A España le interesa estar en lo más alto (ha quedado demostrado con el empeño del presidente en asistir a esta cumbre) y a Estados Unidos, al fin y al cabo, seguir desempeñando (o intentarlo) el papel de país libre y democrático, el más libre y democrático del mundo.

Y veremos ahora si nuestro ZP es tan valiente como lo fue en su llegada al gobierno respecto a George Bush. Y esperemos que así sea por los siglos de los siglos. Amén.



Y si lo de Bush no funciona, siempre nos quedará Obama, con el que nuestro presi tuvo una conversación "cordial, muy cordial", y así se encargó de dejarlo claro a todo el país. Que no se diga por ahí que no nos caemos muy bien.